Ergonomía: No es un lujo, es una obligación legal


Ergonomía: No es un lujo, es una obligación legal

He visto trabajadores terminar su jornada con lágrimas, pero no de tristeza… de dolor. Espaldas molidas, muñecas inflamadas, rodillas que ya no responden. ¿Y todo por qué? Porque alguien decidió que un banco ergonómico era “un gasto innecesario”. Así no se cuida al equipo.

Un caso real en Reynosa

Esto pasó en una maquiladora electrónica en Reynosa. A Mariana, operadora de ensamble, la pusieron 8 horas al día frente a una mesa sin ajuste de altura, en un banco sin respaldo y sin descanso visual. ¿El resultado? Lumbalgia y tendinitis. Y lo peor: nadie lo vio venir, porque creyeron que “como era joven, aguantaba”.

La ergonomía no es sólo para oficinas “fifís”… también aplica en la línea de producción.

¿Qué salió mal y por qué importa?

Lo que pasó con Mariana no fue un accidente, fue una negligencia. Y lo digo claro, porque después de 20 años viendo esto, no me voy a andar con rodeos.

Primero: la NOM-036-STPS-2018 establece los lineamientos para identificar y controlar los riesgos ergonómicos. Aunque su primera parte se enfoca en el manejo manual de cargas, la ergonomía va mucho más allá: incluye posturas forzadas, movimientos repetitivos y estaciones mal diseñadas, como en el caso de Mariana. Es una obligación legal, no un lujo.

Segundo: Mariana nunca recibió capacitación específica sobre cómo ajustar su postura o reconocer señales de fatiga. ¿Y el formato DC-3? Ni lo conocía. La empresa no cumplió con su deber de capacitarla. Esto también está en la Ley Federal del Trabajo, artículo 132, fracción XV.

Tercero: ¿Y el IMSS? Ahí es donde reventó todo. Incapacidad temporal, evaluaciones médicas… y ahora la empresa paga las consecuencias. No sólo en dinero, sino en reputación y productividad. Porque mientras Mariana se recupera, alguien más debe cubrir su puesto… y quizá también se esté lesionando.

¿Por qué invertir en ergonomía?

Una silla ergonómica, diseñada con soporte lumbar, ajustes de altura, respaldo reclinable y base estable, no es lujo: es prevención pura. Reduce la presión en la columna, mejora la circulación y evita lesiones por compresión o mala postura. No importa si se trata de una oficina o de una línea de producción: el cuerpo humano no está diseñado para estar ocho horas en la misma posición incómoda.

Y si a eso le sumamos las pausas activas —pequeños descansos de 5 a 10 minutos cada hora para estirarse, caminar o simplemente cambiar de postura—, se mejora la oxigenación, se reduce la fatiga muscular y hasta mejora la concentración. No es pérdida de tiempo, es inversión en salud. Y sí, también en productividad, porque el trabajador rinde más y se ausenta menos.

Una reflexión para empresas y trabajadores

La ergonomía no es un lujo, es una forma de respeto. A la salud, a la dignidad y al trabajo bien hecho. Ignorarla no sólo te cuesta dinero, te cuesta gente. Y sin gente sana, no hay empresa que funcione. Así de simple.

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